Breve historia de los afroantillanos en Panamá durante el Canal Francés
Ahora aprenderemos, resumidamente, sobre la historia de los afroantillanos en Panamá durante el Canal Francés.
Luego de terminadas las obras del ferrocarril transístmico, Panamá pasó casi un cuarto de siglo sin recibir migración importante. Lo anterior cambió en 1880, con el inicio de los trabajos de excavación del Canal Francés; trabajos que motivaron una segunda ola de inmigración afroantillana, importada principalmente de Jamaica.
Esta segunda ola empezó exactamente en febrero de 1881, con la llegada de 352 obreros de color. Por ejemplo, cuatro años después, los jamaicanos correspondían al 70% (9,006) de los obreros contratados:
¿Por qué contrataron afroantillanos de Jamaica en el intento francés de canal?
Los directivos del proyecto francés tomaron esta decisión basados en cuatro razones: primeramente, los jamaicanos eran resistentes a la fiebre amarilla, segundo, era más barato contratar en Jamaica. En tercer lugar los afroantillanos franceses no quisieron trabajar en Panamá y por último, los franceses de la época eran racistas. Lo anterior se basa en las palabras que, en 1892, el propio Philippe-Jean Bunau-Varilla (el mismo tipo que le entregó la zona del canal a los norteamericanos en 1903) dijo:
Ahora bien, el trabajador blanco no puede trabajar en el Istmo: cualquier esfuerzo físico violento puede volverse fatal y equivale casi a una condena segura, especialmente si se prolonga como el trabajo del herrero, del albañil o del minero.
El blanco, en estos países, debe vigilar, dirigir el trabajo, sólo el negro, por su independencia de la fiebre amarilla y su constitución especial, puede trabajar eficazmente. En resumen, es en las Antillas inglesas donde aún se encuentran buenos trabajadores al mejor precio.
Bunau-Varilla, P. (1892). Panama: Le le présent, l’avenir. Paris: G. Masson. pp. 61
Del racismo de los franceses en Panamá:
Con respecto a los afroantillanos franceses, Bunau-Varilla puntualizó:
Los negros de nuestras colonias, a los que hubiera sido tan deseable ver trabajando en un proyecto francés y transfiriendo a nuestro país parte de los salarios que hubieran recibido, nunca se convirtieron en obreros.
La súbita liberación de 1848, acompañada de la dignidad de la ciudadanía francesa, provocó en esta raza subdesarrollada una completa y profunda confusión entre las ideas de libertad y de trabajo. […]
Desacostumbrados a la acción, incapaces de un verdadero esfuerzo, presas de enfermedades debilitantes que les hacen difícil y doloroso trabajar con energía; estas poblaciones debilitadas no han formado parte de alguno de los batallones del gran ejército de trabajadores de Panamá.
Se tiene que reclutar de nuevo como la primera vez en las Antillas inglesas.
En estas colonias, la liberación del negro no le hizo olvidar su lugar natural, y si hubiera tenido alguna tendencia a perder la memoria de él, sus amos de ayer, sus superiores de hoy, lo habrían hecho recordar.
Ibid. pp. 60
¿Por qué los jamaicanos aceptaron trabajar en Panamá?
Trabajar en el Canal Francés era muy atractivo para los jamaicanos, debido a la oportunidad que tenían de enviar dinero hacia esa isla. Por ejemplo, en 1886, Gustave de Molinari, un economista nacido en Bélgica, nos contó que:
A su llegada, los trabajadores importados por este proceso son contratados al precio ordinario de una piastra y media (6 francos 60) por día. Los más inteligentes y fuertes pueden ganar aún más.
Encuentro, publicada en Kingston, una lista oficial de las sumas dejadas por los trabajadores muertos en Panamá; estas sumas van desde unos pocos chelines hasta diecinueve libras esterlinas, cerca de 500 francos. Por lo tanto, el canal es muy popular entre la población de clase trabajadora de Jamaica.
Molinari (1887). pp. 54
Gracias a este dato, podemos saber que un obrero convencional, si trabajaba 30 días al mes, podía ganar unas 45 piastras (o 198 francos) trabajando para los franceses. Sin embargo, como veremos más adelante, los obreros afroantillanos tenían por costumbre trabajar entre 20 a 22 días por mes, por ende, en realidad los obreros ganaban entre 30 a 33 piastras (132 a 145.2 francos) mensuales.
Compa, ¿qué es una piastra y un franco?
La piastra era la moneda que circulaba en Colombia en ese momento. Los francos eran las monedas de Francia. Al respecto Gustave de Molinari nos explicó:
Desde 1857, Colombia ha adoptado el sistema monetario francés; sólo la acuñación de plata es ilimitada. Como resultado, la piastra, acuñado con el mismo peso y la misma denominación que nuestra moneda de 5 francos, ha bajado a 4 francos y el oro ha desaparecido completamente de la circulación.
Ibid, pp.
Gracias a esta calculadora podemos saber que en 1887 un franco equivalía a 19 centavos de dólar norteamericano (USD). Por consiguiente, el obrero convencional que trabajaba en el Canal Francés en 1887 y recibía 198 francos al mes, o USD 37.62 luego de convertirlos a moneda norteamericana. Para que tengas una idea de cuanto equivale en la actualidad, USD 37,62 en 1887, ajustado a la inflación, equivale en poder adquisitivo a unos USD 1,113.35 en febrero de 2022, un aumento de USD 1,075.73 en 135 años. Interesante. Ahora volvamos al siglo 19.
¿Cómo era el proceso de contratación de afroantillanos en Panamá durante el Canal Francés?
La Compañía Universal de Canal Francés optó por dejar que el reclutamiento fuera realizado por contratistas privados. Valga por caso de ejemplo, la narración que un ingeniero francés hizo en 1887, sobre como algunos de estos contratistas hacían su trabajo:
Estas personas firman un contrato con la Compañía, por el que se comprometen a conducir, en un plazo determinado, un cierto número de negros, es decir, mil, a cambio del pago de una suma que varía de 12 a 20 piastras por negro traído a Colón.
Una vez establecido el contrato, el contratista se pone en contacto con algún capitán de barco y discute con él el precio del transporte, que varía entre 7 y 11 piastras, según la distancia. Una vez hecho esto, el contratista se embarca hacia alguna tierra: generalmente Jamaica, o Venezuela, que está más cerca.
Nada más desembarcar, este hombre, que debía conocer perfectamente el país, incluso los lugares menos explorados, inicia una auténtica caza de negros. No procede con el terror, sino con la persuasión y el engaño, prometiéndoles, como dice el refrán, más mantequilla que pan.
Estos pobres diablos se dejan seducir y llevar; es así como un verdadero ejército, que crece día a día, llega al puerto de embarque. Hay que tener en cuenta que el contratista no debe alimentar a sus reclutas durante todo el viaje, ni siquiera a bordo. A los negros les corresponde proveerse de todo lo que puedan necesitar; es cierto que unos cuantos plátanos al día les bastan como alimento.
Le canal de Panama et ses gaspillages: Lettres d’un ingénieur sur six mois de séjour dans l’isthme. (1887). Paris: A. Ghio.
Del “juega vivo” durante la construcción del Canal Francés
Aparentemente el proceso de contratación era vulnerable de abusos y/o fraude, tanto para los obreros, como para la empresa francesa:
Es imposible que el contratista encuentre los 1000 negros de una vez; la mayoría de las veces se embarca con un tercio, o como mucho la mitad, del número requerido. Llegado a Colón, dispone a sus negros frente a la oficina de la División; un empleado los cuenta y los recoge.
Lo extraño es que la mayoría de las veces los negros aumentan considerablemente en número mientras están en la ciudad de Colón. De hecho, los negros, residentes de Colón, se unen a los recién llegados. Esta multiplicación es muy frecuente. Sin embargo, el contratista y el capitán del barco recibieron inmediatamente su dinero, porque ambos habían entregado su mercancía.
Un segundo viaje al país negro trae, por procedimientos similares a los que acabo de describir, el complemento de los 1.000 negros solicitados. Esta operación se realiza una o dos veces al mes. Como podemos ver, el comercio de esclavos reporta buenos beneficios.
Ibid.
¿Qué hacían los inmigrantes afroantillanos con su sueldo?
Algunos obreros ahorraban parte de sus sueldos para enviarlos a sus familias en sus islas natales. Por ejemplo, Molinari nos contó sobre este mecanismo:
Solo el gobierno de Jamaica es responsable de recibir los ahorros de los trabajadores de esta colonia y pasárselos a sus familias. Buena parte de los trabajadores aprovechan esta facultad, y el envío regular de los ahorros, que el alza de salarios en el istmo permite lograr, ha contribuido singularmente a popularizar las obras del canal y a facilitar el reclutamiento de trabajadores de Jamaica.
Molinari (1887). pp. 65-66
Similarmente, los obreros compraron bienes en los comercios locales. Al respecto, Molinari describió la relación comercial que surgió entre los inmigrantes asiáticos y los afroantillanos durante las obras del Canal Francés en Panamá:
Los chinos tienen un genio esencialmente mercantil, el talento de aparentar que venden sus mercancías a precios más bajos que los comerciantes de otras naciones; han sabido, en pocas palabras, inspirar confianza a los negros, que llegan a convertirlos en depositarios de sus ahorros.
Ibid, pp. 296
Por último, los obreros afroantillanos usaron la otra parte del sueldo para pagar por su comida o por su alojamiento. Lo anterior se basa nuevamente en el relato de Molinari:
Estos barracones son propiedad de la Compañía, que los alquila a contratistas a razón del 10 por ciento anual de su valor. Si los trabajadores son alojados gratuitamente, su alimentación corre a su cargo. La Compañía no mantiene comedores, y son los chinos quienes han monopolizado el comercio de comestibles y alimentos.
ibid; 297
De los afroantillanos, sus deudas, el licor y los juegos de azar
Si bien algunos afroantillanos estimulaban la flujo circular de la economía de Panamá, comprando en comercios o pagando por su comida. Otros lo hacían pagando a acreedores y gastando en licor:
Se les paga, luego van a la plaza, donde los esperan sus acreedores, para saldar sus deudas de la quincena; se embolsan el resto, si les sobra, y sólo reaparecen en las obras hasta el martes. ¿Qué esperas que hagan con su dinero? ¿Dónde pondrían sus pesadas piastras a salvo, si no se las confiaran a la taberna más cercana?
Ibid, pp. 66
Por acá te comparto otra descripción del comportamiento de algunos de afroantillanos luego de recibir su paga. Esta descripción fue hecha por un teniente de la inteligencia naval norteamericana en 1886:
Los trabajadores reciben su paga el sábado por la tarde. Con el negro, el domingo es generalmente un día de desvanecimiento, el lunes uno de recuperación, y el martes normalmente está de vuelta en la obra. La compañía obtiene de veinte a veintidós días de trabajo de esta clase en un mes de treinta días.
Rogers, C.C. (1887) Report On the Panama Canal. pp. 57 Reporte del Tte. Charles C. Rogers, presentado a J.S. Abbot, Secretario de la Marina de Guerra Norteamericana
Vale la pena resaltar que los norteamericanos prohibieron los juegos de azar y la venta de bebidas alcohólicas.
¿Dónde vivieron estos inmigrantes afroantillanos?
Los obreros ocuparon viviendas comunales propiedad de la Compañía ubicadas cerca del lugar donde dichos obreros estaban contratados. En 1887, Molinari escribió:
Los trabajadores, en su mayoría jamaicanos, se alojan en cuadrillas de treinta personas en casas de madera de diseño uniforme, pintadas de azul o gris, muy separadas entre sí. Visitamos algunas de ellas, y el mobiliario es sencillo: consiste en literas de madera, cofres o baúles de los huéspedes de la vivienda, y un pequeño número de utensilios indispensables; pero, fundamentalmente, estas viviendas están bien ventiladas y, en general, limpias. Comparadas con las cabañas de los negros de Jamaica, estas son villas cómodas, si no lujosas.
Molinari (1887) pp. 104
Al igual que los afrodescendientes que se quedaron en Panamá luego de la primera ola de inmigración; los obreros afroantillanos de la segunda ola, vivieron en las 22 poblaciones que estaban a lo largo de la línea férrea. Lo anterior se basa en el relato de Jorge Brissón, ingeniero civil colombiano, hecho en mayo de 1897:
Los pequeños pueblos son casi todos construidos sobre el mismo plano: las tiendas de los Chinos y cantinas se hallan colocados al borde de la vía; […] Casi toda la población es de raza de color, africanos, jamaicanos, con unos pocos criollos franceses de Martinica, Guadalupe, etc., y chinos.
Brissón, J. (1899). Viajes por Colombia en los años de 1891 a 1897. Bogotá: Imprenta nacional., pp. 292
En Colón y Panamá, obviamente…
Gracias a Brissón, podemos saber que varios de estos afroantillanos en Panamá durante el Canal Francés también residieron en Colón:
El elemento que domina es el negro, africano y jamaicano; después el chino, y en una ínfima minoría el blanco, representado por algunos americanos empleados en su mayoría en el Panama Rail Road;
ibid, pp. 289
También en la Ciudad de Panamá. :
Aquí se encuentra el brutal e ignorante jamaicano, el vicioso e insolente aventurero europeo, el grosero y atrevido americano del Norte, el astuto e hipócrita celeste (emigrante de clase inferior).
Ibid, pp. 297
La masa de la población es casi íntegra de color, negros finos, zambos, mulatos, cholos, ofreciendo todos los matices, desde el azabache o el ébano hasta el amarillo claro del chino, pasando por los colores intermedios del cobre y del bronce.
¿Cómo reaccionaron los panameños (o colombianos) de la época?
Al igual que los periodos de inmigración masiva que Panamá experimentó durante el siglo 21, los nativos de Panamá sufrieron una subida en los alquileres. Lo anterior se debe, en parte a la rápida expansión de la demanda agregada sobre bienes inmuebles. Al respecto, Molinari apuntó:
Las obras del canal han traído a Panamá un aumento de la población que ha sobreexcitado la demanda de viviendas y triplicado el precio de los alquileres; un piso que apenas valdría 2.000 francos en los bellos barrios de París se paga a 6.000 francos […] A pesar del extraordinario aumento del precio de los alquileres, no se construyen nuevas casas, y ni siquiera se reparan las antiguas.
Molinari (1887). pp. 114
De acuerdo con Molinari un apartamento en la ciudad de Panamá costaba 6000 francos al mes. Ya sabemos que en 1887, un franco equivalía a 19 centésimos de dólar norteamericano (USD), por consiguiente, en ese año, un apartamento costaba unos USD 1,140 por mes. Si ajustamos esa cantidad a la inflación, esos USD 1,140.00 del año 1887, equivalen a USD 33,737.76 de febrero de 2022.
¿La situación era tolerable para los panameños?
La demanda agregada también afectó el precio de los alimentos y bebidas. Sin embargo, y de acuerdo con Molinari, la situación era tolerable (al menos para él):
Por otra parte, la ausencia de derechos y formalidades de aduana permite obtener comestibles, vinos y licores, ropa confeccionada y, en general, todos los artículos que no requieren ninguna elaboración o acabado in situ, al mismo bajo precio que en Francia, e incluso más barato. Gracias a este libre comercio, desgraciadamente accidental y temporal, pues el gobierno colombiano se reservó el derecho de restablecer sus aduanas cuando el canal esté terminado, la vida no es cara. Uno puede, a pesar de los altos alquileres, encontrar alojamiento y comida en una pensión decente por 50 e incluso 40 piastras al mes.
Molinari aseguró que en ese momento, en Panamá “un sirviente masculino suele ganar 60 piastras (240 fr.) al mes; un cocinero blanco, hasta 150 piastras”. Adicionalmente, dijo que “los trabajadores de oficio, carpinteros, mecánicos, instaladores, pueden ganar de 3 1/2 a 4 piastras al día”. En otras palabras, estos trabajadores ganaban entre 105 a 120 piastras mensuales. Si tomamos en cuenta que se podía encontrar alojamiento y comida en la ciudad de Panamá por “50 e incluso 40 piastras al mes”, a ese “sirviente masculino” le quedaba entre un 20% o 30% de su sueldo para otros gastos; mientras que el cocinero le podía quedar hasta el 60% disponible. ¿Bonanza? Digno de estudio.
¿Cuánto equivale esas cantidades en dólares de 2022?
El “sirviente masculino” ganaba 240 francos por mes, y ya establecimos que en ese momento un franco francés equivalía a 19 centésimos de dolar norteamericanos (USD). Por consiguiente, ese “sirviente masculino” ganaba unos USD 45.60 al mes. Si ajustamos ese sueldo a la inflación, en 2022, equivale a USD 1,349.51. Similarmente, “los trabajadores de oficio, carpinteros, mecánicos, instaladores”, estuvieran recibiendo un sueldo mensual, valorado en el año 2022, entre USD 2,361.64 a USD 2,699.02.
Violencia y tensiones entre afrodescendientes y panameños
A pesar de la bonanza económica, no todo era color rosa. Como tiende a suceder en periodos de migración intensa, surgieron tensiones entre los grupos nativos y los inmigrantes. Por ejemplo, Molinari relató sobre un incidente entre soldados colombianos y obreros jamaicanos:
Sólo una vez se ha derramado sangre en una obra, en Culebra. Allí soldados colombianos dispararon a quemarropa a unos pobres negros jamaicanos que habían mostrado poco respeto por los harapientos uniformes de estos defensores del orden. Desde entonces, los soldados y la policía no han aparecido en las obras y el orden se ha mantenido.
Molinari (1887) pp. 81
Similarmente, Henri Cermoise, un ingeniero francés que estuvo dos años en las obras describió las tensiones entre panameños (o colombianos) y afroantillanos en Panamá durante el Canal Francés:
Estos jamaicanos eran excelentes trabajadores, mucho más activos y enérgicos que los nativos del istmo, y sobre todo mucho más fáciles de dirigir.
Sólo tenían un defecto, pero eran los trabajadores colombianos los que más lo sufrían: todos llevaban revólveres que no dejaban nunca, ni siquiera en la obra; y los colombianos los odiaban por la competencia que les hacían; de ahí las numerosas peleas, en las que estos últimos, armados sólo con sus machetes, tenían ventaja.
Pero los jamaicanos no eran malos diablos en el fondo; a menudo disparaban sus revólveres, es cierto, pero generalmente lo hacían contra las piernas de sus adversarios, o a menudo incluso en el suelo, delante de ellos, para evitar que se acercaran al alcance de los machetes, lo que habría causado heridas más graves. Rara vez, nos dijeron los médicos, disparaban al pecho.
Cermoise, H. (1886). Deux ans à Panama. Notes et récits d’un ingénieur au canal. Paris: C. Marpon et E. Flammarion. pp. 247
¿Qué sucedió con estos afroantillanos en Panamá durante el Canal Francés?
El 15 de mayo de 1889, todos los trabajos del Canal Francés fueron paralizados. Un mes después gran parte de la mano de obra jamaicana regresó a su isla natal. Este éxodo fue reportado así en notas de prensa publicadas en algunos diarios norteamericanos:
El colapso del canal continúa siendo el tema del istmo, no que como están las cosas afecte al “canal”, sino que el colapso afectó a todos aquí, y produjo un gran sufrimiento. Miles, según se informó, ya se fueron, pero hay otros que aún requieren transporte. En total, más de 9.000 jamaicanos han sido enviados de vuelta a Jamaica, y en proporción se han expulsado a los de otros países.
The Superior times. [volume] (Superior, Wis.), 22 June 1889. Chronicling America: Historic American Newspapers. Lib. of Congress.
Es muy probable que estos afroantillanos se fueron con pocos o ningún centavo de Panamá. De hecho, dos años antes del colapso, en 1887, la inteligencia naval norteamericana documentó que los obreros regresaban en muchas ocasiones peor de como se fueron de Jamaica:
El gobierno de Jamaica desalienta a los negros de esa isla en ir al Istmo. Paralelamente, la gente del Istmo dice que los negros son necesarios en Jamaica para las plantaciones; mientras que los periódicos de Kingston basan la acción del gobierno en motivos puramente filantrópicos y patrióticos, viendo que el negro regresa del Istmo sin dinero, a menudo con la salud quebrantada, y si no es así, en casi la misma condición que cuando salió de Jamaica.
United States. (1884). Letter from the secretary of the Navy, tramsmitting in answer to Senate resolution of February 26, reports of the United States officers respecting the progress of work on the ship-canal at the Isthmus of Panama. Washington: G.P.O.
Cientos de afroantillanos se quedaron en Panamá
Sin embargo, ocho años después, cientos de estos trabajadores jamaicanos aún estaban en Panamá intentando excavar el Canal Francés. Lo anterior se basa en el relato de Jorge Brissón, ingeniero civil colombiano, hecho en mayo de 1897. Brissón, describió la ruinosa situación del proyecto y sus 4,053 trabajadores, empezando por los directivos y terminó mencionando a los obreros afrodescendientes:
Peor es la situación, relativamente a las cuadrillas de trabajadores jamaicanos y africanos en perpetua rebelión, en un estado continuo de disgusto, de quejas y de insubordinación.
Brissón (1899) pp. 281
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Referencias sobre los afroantillanos en Panamá durante el Canal Francés
- Brissón, J. (1899). Viajes por Colombia en los años de 1891 a 1897. Bogotá: Imprenta nacional
- Isthmian Canal Commission (U.S.). (1905). Annual report of the Isthmian Canal Commission for the year ending. Washington: G.P.O.
- United States., & Gorgas, W. C. (1906). Population and deaths from various diseases in the city of Panama: By months and years, from November 1883 to August 1906. Number of employees and deaths from various diseases among employees of the French canal companies, by months and years, from January 1881 to April 1904. Washington.
- Molinari, G. . (1887). A Panama: l’isthme de Panama–la Martinique–Haïti. Paris: Guillaumin et cie. pp. 54
- Le canal de Panama et ses gaspillages: Lettres d’un ingénieur sur six mois de séjour dans l’isthme. (1887). Paris: A. Ghio.
- Cermoise, H. (1886). Deux ans à Panama. Notes et récits d’un ingénieur au canal. Paris: C. Marpon et E. Flammarion. pp. 247
- The Superior times. [volume] (Superior, Wis.), 22 June 1889. Chronicling America: Historic American Newspapers. Lib. of Congress.
- Bunau-Varilla, P. (1892). Panama: Le le présent, l’avenir. Paris: G. Masson.
- Tissandier, A., & Ligaran, . (2015). Six mois aux États-Unis : Voyage d’un touriste dans l’Amérique du Nord, suivi d’une excursion à Panama. Cork: Primento Digital Publishing.
- United States. (1884). Letter from the secretary of the Navy, tramsmitting in answer to Senate resolution of February 26, reports of the United States officers respecting the progress of work on the ship-canal at the Isthmus of Panama. Washington: G.P.O..
Muy buena imformacion