5 razones para no ser un panameño xenofóbico
Unos policías me acaban de pedir papeles en el Metro. Es la segunda vez esta semana. Supongo que como tenía el color de piel un poco más clara que ellos, debieron pensar: ¡extranjero! Qué extraño, esto no pasaba antes. ¿Qué habrá motivado que los policías panameños estén más atentos por la presencia de extranjeros?
Supongo que esto debe ser parte del fenómeno migratorio reciente. Quizás también por eso el proceso de contratación de mi cuñada fue detenido, supuestamente porque la gerente de finanzas de la empresa quiere contratar a gente de su país. ¿También la migración explica porque mi primo tuvo que cerrar su negocio en 2018? Él grita a los cuatro vientos que los extranjeros tiran los precios por el piso.
Caminando por la calle escuché a un extranjero diciendo que Panamá no le gustaba. Unos minutos después, una notificación de Instagram. Me etiquetaron en un video donde otro extranjero estaba hablando pestes del país. Me estoy cabreando. ¿Quiénes se han creído que son?
Durante más de un siglo, tuvimos a los norteamericanos dictando el rumbo político económico de Panamá. Especialmente luego que un francés firmó un tratado en 1903. ¿Ahora vamos a tener a otros forasteros en nuestra casa insultándonos? Me hierve la sangre, el corazón se me acelera, mi orgullo está herido…quiero venganza.
¿Será nacionalismo esto que estoy sintiendo? o ¿patriotismo? Querido compatriota ultranacionalista, quiero que sepas que traté de ser xenofóbico, pero luego se me pasó. Por acá te comparto cinco razones que me ayudaron a reducir mi enojo.
Primera razón para no ser xenofóbico: está en la Biblia
¿No me crees?
Y al extranjero no engañarás ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. — Éxodo 22:21
También me dice en Deuteronomio 24:14
No oprimirás al jornalero pobre y menesteroso, ya sea de tus hermanos o de los extranjeros que habitan en tu tierra dentro de tus ciudades
Luego vuelve en Mateo 25:35
Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento;
Y hay otro montón de versículos que me hablan sobre cómo debo tratar al extranjero: Deuteronomio 1:16, Deuteronomio 27:19, Levítico 19:33, Zacarías 7:10, Jeremías 22:3, Malaquías 3:5, Ezequiel 47:22 y Job 29:16.
Segunda razón para quitarse lo xenofóbico: en Panamá, casi todo es importado
Si abres tu cartera hay un papel moneda impreso en Estados Unidos. Los cantantes más populares interpretan sus canciones en melodías importadas de Jamaica y se visten como raperos norteamericanos.
95% de las cosas que usas o consumes son importadas ya sea de China, Estados Unidos o Colombia. El acero de que sostiene los edificios donde vivimos, viene de China.
¿La cerveza que tanto te gusta? El lúpulo es importado de Estados Unidos o China. Durante 2012, Panamá fue el tercer mayor consumidor mundial de productos Coca-Cola, más que todo Estados Unidos.
Las anteriores bebidas usualmente son acompañadas por arroz con pollo, “la ensalada de feria”, las rosquitas de pan, el arroz con leche o el pescado frito. Todas las anteriores, son delicias gastronómicas de origen judío. La ensalada de papas, mayonesa, “petit pois” y huevos hervidos que nuestras tías hacen en las fiestas y ocasiones especiales, es de origen ruso.
Los bares y restaurantes locales no se llenan cuando juegan el Plaza o el Tauro. Las pasiones se las llevan el Real Madrid o el Barcelona F.C. ¿Quieres una idea de negocio? Vende una camiseta reversible de estos dos equipos en Panamá.
Hasta nuestra forma de hablar es importada.
¿No me crees? Esta frase la usaría un panameño cotidianamente.
El man estaba parkeando priti con una guial bien cool, cuando se forma una fokin pelea con el fren. El guachimán los separó y se supo que pelearon por un conflei de a cuara.
De hecho estamos tan condicionados al spanglish, que cuando escuchamos el nombre de un establecimiento comercial en español asociamos diferentes niveles de calidad. ¿Entonces por qué Japanese no usó Japonés como su nombre artístico?
Cuando me acordé de todo lo anterior, se me quitó lo xenofóbico.
Tercera Razón: lo patriótico es NO ser xenofóbico
El Escudo de Armas panameño tiene una inscripción grandota que dice:
Si uno de los Símbolos Patrios me dice que el país está al servicio del mundo. Lo más patriótico que puedes hacer es servir. ¿No?
Pero luego me acordé de que es muy fácil confundir nacionalismo con patriotismo. Después de todo ambas palabras tienen en común el amor que sientes por el territorio que contiene al grupo social que perteneces. Sin embargo, e irónicamente, el exceso de amor que siente el nacionalista hace que termine en conductas y discursos políticamente cuestionables, mientras que el patriotismo no. El nacionalista ama tanto su nación, que la exalta por sobre todas las demás. Combina este pensamiento con un poco de maquiavelismo, psicopatía o sadismo y tienes una receta frecuentemente produce xenofobia.
Al considerarme como un patriota, evité ser un xenófobo. La migración nos beneficia más que lo que nos perjudica.
Cuarta Razón: La mayoría de los extranjeros han ayudado a construir Panamá
Luego de mencionar el Escudo Nacional, sabías que Max Lemm, un alemán, ayudó a pintar nuestro Escudo Nacional en 1904. Este señor también contribuyó a los avances de la cartografía nacional y la enseñanza del dibujo y pintura.
Desde que Panamá es Panamá, los extranjeros que se han enamorado de este país han aportado para su progreso. Tristemente, muchas veces sus aportes han sido olvidados intencionalmente por la historia, así como sucedió con el señor Lemm.
Ovidio Diaz Espino, en su libro “El País Creado por Wall Street“, menciona mùltiples instancias de extranjeros colaborando para que el proyecto de independencia en 1903 fuera exitoso. Diaz Espino menciona a H.L. Jeffries, un mercenario norteamericano que comandó a 70 hombres el 4 de noviembre de 1903. Su misión era anticipar una potencial invasión colombiana por la ruta selvática que conectaba Colón y Panamá. Este mismo autor también nos cuenta sobre el coronel norteamericano James Shaler, Superintendente de la Panama Railroad Company. Shaler participó activamente en los hechos del 3, 4 y 5 de noviembre de 1903. Por ejemplo, él fue quién insistió en separar a los oficiales colombianos que comandaban el Batallón Tiradores en Colón, facilitando su captura. Este acto ayudó a concretar la independencia panameña.
Hablando de la independencia, Wong Kong Yee, de origen chino, fue el único muerto en la Independencia de 1903.
Eloy Alfaro, ecuatoriano, ayudó a que le nombre Panamá fuera mundialmente conocido a principios del Siglo XX. Este señor llegó a Panamá a finales del Siglo 19, hizo su fortuna vendiendo el sombrero típico ecuatoriano “Jipijapa”. Sin embargo, bautizó al sombrero con el país que le recibió. Quizás no conozcas este sombrero por ese nombre, quizás lo conoces por el mundialmente famoso nombre de “Sombrero Panamá”.
Otras colaboraciones notables
A lo largo de la vida republicana resaltan nombres de otros extranjeros como:
- El colegio Artes y Oficios fue fundado en 1907 por profesores inmigrantes extranjeros de apellidos como Kudellick, Strut, Pluhatch, Mersebulger entre otros.
- La enfermera alemana Louise Brackamayer, fue la primera directora de la Escuela Nacional de Enfermería en 1908
- Franz Borkenau y Richard S. Behrendt, junto con otros migrantes alemanes y austríacos, hicieron importantes colaboraciones a la recién estrenada Universidad de Panamá en 1935.
- Juan Ramón Poll, cubano, dejó un gran legado humanitario con las donaciones que hacía a la Teletón 20-30 o la Fundación Mary Arias.
- Norman Douglas, salvadoreño, colaboró con el desarrollo del Teatro en Panamá.
- Louis Anthony Deveaux y su esposa Marthe Elzear, guyaneses. Desde 1961, su fundación ha otorgado más de 1000 becas para jóvenes panameños de escasos recursos.
- Wilson Lucom, norteamericano, al morir supuestamente dejó 50 millones de dólares para los niños pobres panameños. La fortuna nunca llegó a su destino.
Estoy seguro que hay muchos más nombres que se me escapan. Si recuerdas algún nombre compartelo conmigo en la sección de comentarios.
Por supuesto que existen excepciones donde extranjeros nos han perjudicado (* mirando mal hacia Philippe Bunau-Varilla, George H.W. Bush y a los criminales*), pero afortunadamente son la minoría. Antes de indignarte por un video de un extranjero hablando mal de Panamá, acuérdate que él es parte de un minúsculo grupo. Creo que podemos hacer algo para mantenerlos afuera del país, o en el peor de los casos expulsarlos.
Quinta Razón para dejar de ser xenofóbico: los nazis
Edward L. Glaeser, en su ensayo “Political Economy of Hatred“, describe el patrón que los políticos que promueven la xenofobia o discriminación utilizan contra una minoría. Glaeser concluye que, generalmente, la producción de odio no es impulsada por una verdadera hostilidad del político hacia el grupo minoritario, si no, más bien, por sus ambiciones políticas personales y la intensidad de competencia política.
El discurso xenofóbico es potente y tentador. Los líderes políticos lo utilizan para ganar simpatías populistas, sin ofender a sus aliados políticos. Es fácil culpar a los extranjeros de los problemas generados domésticamente, pues usualmente son minoría y no pueden defenderse.
Cuando el grupo mayoritario percibe que la situación política-económica beneficia al grupo minoritario, aun imaginariamente, entonces los políticos anti-minoritarios tenderán a usar el odio. Mientras más diferente y recluido sea el grupo minoritario, es más tentador crear odio hacia ellos. Por ejemplo, el líder izquierdista construirá odio a las minorías acaudaladas; mientras que el líder derechista, lo hará contra las minorías pobres.
La xenofobia es el discurso frecuente entre los Nazis y los Fascistas
Como mencioné antes, es difícil señalar que en cual momento el nacionalismo se transforma en xenofobia, pero en la extrema derecha ocurre con muchísima frecuencia. Esto se explica por el énfasis casi fanático que los partidarios de estas políticas le apuestan al concepto de nación. Este concepto tiene un corolario natural: todo lo que no pertenece a la nación es una amenaza.
Entre las últimas 3 décadas del siglo 19 y las primeras 3 décadas del siglo 20 surgieron en Europa diferentes movimientos nacionalistas. De hecho, la palabra nacionalista tomó una connotación negativa en estos tiempos. Los más infames fueron el fascismo y el nazismo. Estos movimientos reaccionaron radicalmente a su percepción de la decadencia que experimentaban sus sociedades y cultura.
Este caldo nacionalista ayudó a desencadenar dos de las guerras más destructivas y letales que la humanidad ha conocido. Es que la idea de superioridad incita al conflicto y el conflicto genera catástrofes. Prueba de lo anterior fue la masacre de inmigrantes en Cotito, Provincia de Chiriquí.
La xenofobia coincide con la “defensa del trabajo nacional”. No está mal defender lo nuestro, el problema es que la defensa de los ultranacionalistas, en vez de utilizar la diplomacia y el debate, termina degenerándose en discriminación y violencia. Por ejemplo, los fascistas franceses organizaron unos violentos disturbios el 6 de Febrero de 1934. Gritaban en conjunto: “Francia para los Franceses“. Panamá también tuvo su “Panamá para los Panameños” en aquella época.
Bonus Track: en América todos somos migrantes o hijos de migrantes
Quizás las únicas personas con derecho a pedir que los extranjeros se vayan de sus tierras son estas:
En conclusión
Traté de ser un panameño xenofóbico, pero por todo lo anterior no pude lograrlo. Si analizamos la historia, resaltan múltiples contradicciones e hipocresías del pensamiento xenofóbico. Por ejemplo, Arnulfo Arias odiaba tanto a Estados Unidos que allá fue donde murió.
No entiendo como podemos ser xenofóbicos si la principal fortaleza de nuestra sociedad es su heterogeneidad. Tampoco estoy abogando por abrir las puertas de par en par. Necesitamos una reforma migratoria correctamente balanceada y pensada en las necesidades estratégicas del país. Cuando hay migración correctamente ordenada se pueden crear clústeres económicos y hay más oportunidad para que florezca la innovación, beneficiando al país receptor.
Pero si me obligaran a seleccionar una razón, de las tantas que tengo, sería que no quiero estar en la misma cuadra que los fascistas y la extrema derecha. En 1947, el gobierno estadounidense publicó un corto titulado “Don’t Be a Sucker” con el propósito de educar al ciudadano común sobre la amenaza que representa el fascismo para la democracia. Una de las líneas más memorables del filme reza así:
El prejuicio es un dispositivo utilizado por agitadores para manipularte para su propio beneficio; no obtienes nada de eso; por el contrario, si te dejas engañar por la discriminación, tú eres el que pierde al final
Acá podrás ver el corto, es tan solo de 4 minutos:
Por último quiero cerrar con una cita de Miguel de Unamuno:
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Referencias
- El País Creado por Wall Street: La Historia Prohibida de Panamá y su Canal escrito por Ovidio Díaz Espino, 2004
- France and the Nazi Threat: The Collapse of French Diplomacy 1932-1939 escrito por Jean-Baptiste Duroselle, pp. 147
- The Routledge Companion to Fascism and the Far Right escrito por Peter Davies, Derek Lynch
- Why Nations Fail: The Origins of Power, Prosperity, and Poverty escrito por Daron Acemoglu and James A. Robinson
- Political Economy of Hatred, escrito por Edward L. Glaeser
, 2002 - La población del Istmo de Panamá, escrito por Omar Jaén Suárez
- Estudios sobre el Panamá republicano: 1903 1989, escrito por Celestino Arauz y Patricia Pizzurno, 1996
- The status of West Indian immigrants in Panama from 1850-1941, escrito por Sadith E. Paz, 1977
Soy xenofóbico solo con los forasteros que irrespetan a mi patria y tristemente la mayoría de esos provienen de un lugar que no vale la pena mencionar